No es una dragona, aunque en el dojo lo parezca. Es Sandra Sánchez, una chica normal y corriente que gracias al kárate se convirtió en una superheroína. Esta es la historia de su camino. Su Do. Una historia de superación que comienza como un juego de niños y termina en lo más alto del kárate mundial logrando la triple corona. Un éxito tardío pero insuperable que toca el cielo con un oro olímpico en Tokio, la capital de este arte, que en 2020 se convertía por primera vez en disciplina olímpica.